> The visible world is just an excuse (I). Hermès, Greenwich (Connecticut)
(El mundo visible es solo una excusa)
Estoy interesada en el imaginario de vuelo desde hace algún tiempo, y todavía tengo mucho que pensar e imaginar sobre el tema. El espacio que se me ofrece es ideal para materializar una imagen dinámica de la altura, una imagen material del aire, donde el movimiento supera la gravedad. El aire es un elemento que juega con ventaja a la hora de referirse a la imaginación dinámica.
En Air and Dreams, Gaston Bachelard nos dice que la imaginación no es precisamente la capacidad de crear imágenes, sino la facultad de deformar las imágenes ofrecidas por la percepción: "Si una imagen presente no nos hace pensar en una imagen ausente, si una imagen ocasional hace no dar lugar a un enjambre de imágenes aberrantes, a una explosión de imágenes, no hay imaginación.”
En este trayecto continuo de lo real a lo imaginario es donde me muevo yo con comodidad, así que apuesto por iniciar el vuelo en un itinerario de fuga ascendente donde la imagen poética opere como don “conductor” y conjugándose con la imaginación vertical desmaterialice la realidad o, mejor dicho, la vuelva ambivalente, una conjunción de real e imaginario. Monturas aladas, botas con alas... con su propia autonomía de vuelo.
Aplicando esta fuerza de la imaginación dinámica de la que habla Gaston Blachelard, propongo imágenes de ese “impulso ascendente”. Imágenes poéticas en las que el movimiento producido tenga la fuerza liberadora del vuelo. Y aprovechando las connotaciones de esta imaginación espacial aérea de impulso vertical, como son la trascendencia del ser que vuela, el grado más alto de liberación de las formas, y del vuelo como la metamorfosis más deseada de lo humano, para alcanzar al aire más puro, y la cima más alta de la montaña.
Entré en mi propio debate para la selección de los objetos que despegarían en ese vuelo ascendente y descarté para esta propuesta las golondrinas que utilicé otra veces como metáfora de el vuelo. En ese vuelo ellas elevaban los objetos a su paso, pero ahora he decidido entrar en una segunda fase en la que son los objetos los que generan su propio movimiento, tienen sus propias alas y yo les doy la posibilidad de ascender por sí mismos en ese impulso dinámico ligero y liberador; no necesitan una fuerza exterior que los traslade, ellos generan el impulso ascendente y despegan su propio vuelo. La imaginación dinámica les otorga el don de volar como si estuviera en su propia naturaleza, desafiando la contundente lógica de la gravedad.
Así que en Hermès Greenwich store un grupo de sillas de montar voladoras, como Pegasus en una carrera, y botas con alas como el Dios Hermes, con alas en los pies, ocupan el espacio principal, quizás sombreros o espuelas también podría estar volando. Los tres monturas aladas como la carrera del vuelo Pegasus son una imagen poderosa.
Hice las "plumas" de las alas recortando los planos de papel de la nueva tienda. Así que, de alguna manera, la tienda también levanta el vuelo.
Pamen Pereira
Abril 2013